Nada hay más placentero y liberador que ver un patio de butacas lleno de gente que se ríe al unísono. Las comedias son una estupenda válvula de escape, un bálsamo para sobrellevar los imperativos del día a día, una terapia infalible que nos colma de energía positiva. También el humor es una forma de enfrentarse a las grandes verdades y, por eso, a veces molesta tanto a los guardianes de la moral. En esta primavera cómica, muchos son los teatros que apuestan por regalarnos un rato de placer a través de obras que nos hacen reír, reír y pensar, reír y vibrar, reír y emocionar o reír y reír sin más. Relajen sus mandíbulas y déjense invadir por estas deliciosas bufonadas. Y vamos a ver si dejamos de ponerle puertas al campo del humor.