En plena era de Instagram, la foto importa. Y desde el punto de vista gastronómico, también. De acuerdo en que todos tenemos en mente uno de esos sitios en los que el grado de fealdad del espacio y de la comida parece coincidir son su nivel de sabor y excelencia. Pero no es lo habitual. Queremos cosas bonitas, sorprender y que nos sorprendan, y estos platos, desde los más sencillos y asequibles a los más complejos, lo consiguen.
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