Sergi de Meià –el chef y el restaurante– han vuelto a Barcelona. Y que uno de los grandes impulsores del km 0 y el 'slow food' reabra el tenderete es un motivo de alegría. Más aún si tenemos en cuenta que ha radicalizado su práctica y filosofía: él mismo lleva la mayoría de los productos de su pueblo (Vilanova de Meià) y sus alrededores, y mediante estricta temporalidad reinventa platos de libros de cocina catalanes de hace 500 años o del pasado año.
Como por ejemplo, un pichón con bacalao y trigo sarraceno, un mar y montaña de personalidad arrolladora y a la vez delicada donde el pichón, sobre un guiso de tripa de bacalao, es un festival de texturas y cocciones (y te comes el mismo trigo sarraceno crujiente que ha alimentado al pichón. O un indescriptiblemente bueno guiso de oveja xisqueta con verduras de temporada, que te pasta en boca de una manera placentera, con suavidad y el contraste con de las verduras en su punto de crujiente justo.