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Según la rumorología boliviana la última comida que hizo el comandante Che Guevara antes de morir fue una buena sopa de maní. A vosotros no tendréis que hacer la revolución para probarla. En la parte trasera del supermercado latino LatinBol hay unas escaleras que conducen a un restaurante subterráneo. Este célebre plato boliviano es una opción fija de su menú diario. Se prepara con cacahuetes crudos, apio, zanahoria, cebolla, pimiento, ternera con hueso, macarrones y guisantes, y se decora con patatas fritas paja. Para paladares que prefieren vivir de pie a vivir de rodillas.
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