En verano de 2016, Alba (nunca te lo agradeceré lo suficiente, querida) me hizo el mejor regalo de cumpleaños de la historia de los regalos de cumpleaños. Tres años antes, el icónico cine Urgel había cerrado sus puertas. Y semanas antes de mi celebración, la basura era el destino de muchísimas de las casi dos mil butacas y de las once letras blancas (Urgel Cinema) sobre hexágonos negros que se iluminaban en la marquesina de la sala. La fortuna, la perseverancia y el azar quisieron que la G acabara en mi casa. No fue la única de las letras que la fortuna, la perseverancia y el azar salvaron. La historia es apasionante, pero ya os la contaré otro día.
La cuestión es que, hace ya más de diez años, uno de los cines de nuestras vidas moría ante la indiferencia de aquellos que deberían encargarse de cuidar los equipamientos culturales históricos de Barcelona, y también de la identidad de la ciudad. Y la otra cuestión es que un puñado de sonados tenemos en casa lo que debería ser preservado y querido por las instituciones. No hace falta que nadie me llame, no devolveré la G ni por un millón de euros.
💣 BOMBAZO | El @CineYelmo Comedia de Barcelona cerrará este domingo 14 de enero. 🔐
— Sala Abierta (@SalaAbiertaES) January 9, 2024
Ubicado en el céntrico Paseo de Gracia, es un multicine histórico de 5 salas que ya empezó proyectando películas en la década de 1960 cuando era una sala única. 🎭
Eso sí, a pesar de la compra… pic.twitter.com/06K7g97gt5
Ayer, un tuit de la cuenta de X @SalaAbiertaSe encendía las alarmas y nos enterábamos de que ahora le llegaba la hora, después de seis décadas de vida, a otra sala histórica, el Comedia, que después se amplió a tres salas y, en los últimos años, las cinco de los Yelmo Comedia. Os confesaré que mi móvil estaba lleno de mensajes de sorpresa e indignación. También os confesaré que ninguno de los cabreados pisaba las salas desde hacía tiempo. Hacía demasiado que las condiciones de proyección y disfrute eran indignas de aquel templo, ahora destartalado, donde Kevin Costner nos hizo bailar con lobos, donde Almodóvar provocó ataques de nervios femeninos (y masculinos), donde flipamos con 'RoboCop' y con 'El honor de los Prizzi', y con algunos Bonds de Roger Moore.