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Jason Donovan: "Llegaba al estudio sin saber qué tendría que cantar"

La estrella pop australiana se instala en el Teatro Coliseum con 'The Rocky Horror Show' a partir del 23 de octubre

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
Editor de Menjar i Beure, Time Out Barcelona
Jason Donovan en el 'Rocky Horror Show'
Foto: Rocky Horror Show | Jason Donovan en el 'Rocky Horror Show'
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Lo último que debe hacerse al escribir un texto periodístico es incrustar batallitas personales –sobre todo cuando son irrelevantes para el tema, que es el 99% de las veces–. Pero la ocasión me toca demasiado de cerca como para no hacerlo: de los 13 a los 18 años me peleé con mi hermana mayor por el privilegio de usar el equipo de música. Ella tenía sus discos de Milli Vanilli, Kylie Minogue y, sobre todo, Jason Donovan; yo, los míos de Guns N’ Roses, Maiden y Bowie. "El equipo me lo regalaron a mí, pero como tú escuchabas ‘música en teoría buena y guay’ y yo 'porquería de adolescentes', lo monopolizaste". Me lo recordó con cierta sorna no hace mucho, cuando le conté que me había sentado a entrevistar a la estrella pop australiana Jason Donovan (en la última respuesta de la entrevista, la batallita se vuelve relevante).

Donovan, por si algún lector joven no lo sabe, en 1989 era quizá la persona más famosa del mundo en el cajón de la cultura pop occidental: la telenovela Vecinos y sus discos de pop bailable producidos por Stock Aitken Waterman lo habían hecho tan conocido entre abuelas como entre adolescentes. Y eso es ser MUY famoso. En cada habitación de cada chica de 15 años había, como mínimo, un póster del querubín australiano de abdominales cincelados, sonrisa luminosa y tupé tintinesco (o mullet, según el año).

Jason Donovan y Kylie Minogue, cuando eran 'Vecinos' y pareja
Foto: Jason DonovanJason Donovan y Kylie Minogue, cuando eran 'Vecinos' y pareja

Quizá una parte de sus antiguos fans no lo sepa, pero en los últimos 30 años, después de que su carrera de teen idol se agotara, Donovan se ha labrado una trayectoria como actor de teatro musical, protagonizando hitos como Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat (1991) o Sweeney Todd (2006). Y muy pronto aterrizará en Barcelona para retomar el primer musical de su carrera: del 23 de octubre al 2 de noviembre, en el Teatre Coliseum, interpretará al icónico Frank-N-Furter en el no menos icónico musical-rock The Rocky Horror Show (Richard O’Brien, 1973).

Directo desde el West End, las únicas 13 funciones en Barcelona –una ciudad que adora el Rocky Horror– prometen ser una gran fiesta: tenemos a una carismática estrella pop con tablas interpretando al travesti del planeta Transexual Transilvania, a una banda en directo para uno de los repertorios musicales más desmadrados de la historia, y un cuento subversivo lleno de sexo, humor, terror y rock’n’roll que lleva 50 años sin desfallecer. Nos sentamos a charlar con un Donovan amabilísimo y comunicativo en el Hotel Casa Fuster.

¿Qué se siente al volver a entrar en las medias de Frank-N-Furter una vez más?

Nunca he dejado de ser Frank-N-Furter. ¡Ese es el tema! Me encanta venir a España y Barcelona, y ver la reacción del público. Y sí, ya sabes, disfruto del show, me encanta el personaje. Lo mejor de todo es que hago dos semanas aquí, dos allá… entro y salgo del personaje, y así no me aburro. Es un espectáculo corto, y por suerte el público español de The Rocky Horror Show es muy entusiasta, porque en realidad sois una buena parte del show.

Asumiste el personaje por primera vez en 1998. Imagino que debe de ser muy distinto interpretarlo con 31 años que rozando los 60.

Claro. Y en cierto modo eso es algo positivo. Soy una persona diferente. Ya no sufro tanto ni tengo tanta ansiedad como entonces. En 1998 aún tenía un montón de problemas que resolver. Frank-N-Furter tiene fecha de caducidad para mí. Llegará un momento en que pareceré demasiado frágil sobre esos tacones. Pero por ahora, tener algo de historia detrás y haber vivido mucho ayuda a la credibilidad del personaje y a la autenticidad de la interpretación. Me siento más afinado ahora que antes: canto y actúo mejor y me siento muy cómodo en el escenario. Sinceramente, creo que hago una buena actuación.

En 1998 aún tenía un montón de problemas que resolver

Llevas más años haciendo musicales que como estrella pop. Debes de sentirte cómodo en el oficio.

La base de todo mi trabajo es ser actor. Mi padre era actor, y después yo tuve mucho éxito como estrella del pop en el Reino Unido, España y Europa. El teatro musical combina esas dos cosas. Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat fue importante para mí. Pero en The Rocky Horror Show encajo como un guante, porque actúo y al mismo tiempo soy una estrella del rock cada noche. ¡Es fantástico!

Jason Donovan como Frank-N-Furter: el dulce travesti del Planeta Transilvania
Foto: Rocky Horror ShowJason Donovan como Frank-N-Furter: el dulce travesti del Planeta Transilvania

¿Hay algún otro musical que te gustaría hacer?

Me gusta Cabaret. Podría verme haciendo algo así. Hice Sweeney Todd hace muchos años y disfruté mucho del personaje. Me gusta el lado oscuro de los personajes. No tienes por qué ser el villano, pero a veces es divertido no ser el héroe todo el tiempo.

Tienes un pasado en el cine de terror. Saliste en un par de películas de terror, según dice tu Wikipedia. Una con el cómico Rick Mayall, ¡el de The Young Ones!

¡Era terrible! ¡Ni vale la pena mencionarlo! ¡Esa película ni siquiera está terminada! ¡Qué curioso que lo menciones!

¡Hombre! Pero la narradora era Marianne Faithfull y actuabas con Rick Mayall. ¡No está nada mal!

Cambiemos de tema, jaja.

¿Cuántos años tenías cuando empezaste tu carrera musical con Stock Aitken Waterman? ¿19, 20?

Era 1989. Cuando dejé Vecinos, debía de tener unos 21 años. 1990 fue mi gran año. Trabajar con Stock Aitken Waterman era hacerlo con los grandes productores musicales de finales de los ochenta.

¿Cómo era ser tan joven y trabajar con pesos pesados como ellos? ¿Qué tipo de relación tenías?

Estaba bajo su control. Aunque ellos también tenían mucho que ganar trabajando conmigo, porque yo venía con una audiencia masiva con Vecinos. Necesitaba grandes canciones, y en ese momento hacían las mejores del mundo para artistas como yo. Pero todo acabó lleno de frustraciones: el proceso de grabación era muy rápido y yo apenas tenía implicación artística. No tenía el conocimiento ni la musicalidad que tengo ahora. En su momento funcionó, pero el éxito siempre tiene un lado frustrante. Quería rebelarme contra aquella imagen, pero cuando miro atrás y escucho canciones como Too Many Broken Hearts o Sealed With a Kiss, me siento afortunado. Porque son la banda sonora de la vida de un público que todavía está ahí fuera, independientemente de cómo yo viviera el proceso de crearlas. Y eso es un regalo. A día de hoy me levanto, canto esas canciones y me siento muy feliz.

Estaba bajo el poder de Stock Aitken Waterman, aunque ellos también tenían mucho que ganar trabajando conmigo

Eso contrasta con una entrevista con The Guardian: en 2016 dijiste literalmente que no había conexión emocional entre tus viejos éxitos y tú. ¿Sigues sintiéndote así?

Si lo dije, fue un tema del contexto, que hacía parecer que me daban igual mis éxitos musicales. Supongo que la falta de conexión emocional tenía más que ver con el hecho de que yo no había contribuido demasiado en el proceso artístico. Pero afirmar rotundamente que no aprecio ni tuve experiencias maravillosas con esos discos, entonces y ahora, no sería correcto. Habría que ver el contexto. Stock Aitken Waterman tenían fama de ser una máquina de fabricar éxitos, una cadena de montaje. Y funcionaba. No puedes discutir su éxito. Pero llega un momento en que, si no empiezas a tocar en directo y a contribuir en la música, se acaba el tiempo.

La gente se moría por trabajar con ellos. Incluso iconos del heavy metal más duro como Judas Priest lo hicieron

Donna Summer, Rick Astley, Kylie, Bananarama, Cliff Richard… todos eran artistas de alto perfil de esa época. Stock Aitken Waterman se ponían muy a la defensiva cuando nos sugerían que hiciéramos música pop para disfrutar, no para analizar. Pero tenían razón. Mi frustración era esta: nunca escuchaba la canción antes de ir al estudio a grabar, y por eso lo encontraba difícil. De esa manera, me costaba pillar las cosas, claro. Una vez lo hacía, podía ofrecer una interpretación más pulida. Escucho ahora esos discos y pienso que podría haberlo hecho mejor. Pero no discuto el éxito ni la emoción. Me han dado una gran vida y estoy muy agradecido. No soy rico ni mucho menos, pero he podido comprar una casa y vivir con cierta tranquilidad.

¿Estás trabajando en música nueva o regrabando material antiguo?

No creo que haga falta. No soy Taylor Swift. Ya sabes, eso de “la versión de Taylor” o “la versión de Jason”. No creo que fuera relevante para mí ahora. Pero sí podéis venir a verme cantar esas canciones en directo. ¡Hago mis shows y giras!

Jason Donovan en concierto el pasado marzo
Foto: Jason DonovanJason Donovan en concierto el pasado marzo

Troye Sivan o Sabrina Carpenter son nuevas estrellas pop que no están tan lejos de lo que tú hacías. ¿Te sientes reivindicado?

“Reivindicado” quizá sea una palabra demasiado grande, pero oye… La música popular es cíclica, todo vuelve. Y puede que tengas razón: Sabrina Carpenter hace pop, y no tiene nada de malo. Mira los años ochenta, cuando el pop era masivo, y mira cuán colorido y luminoso era todo. Luego vinieron los noventa: Nirvana, Oasis, ¡todo el mundo estaba enfadado! Todo tiene su espacio, pero cuando salgo a tocar en festivales ochenteros, ¡es pura alegría! Todo el mundo va disfrazado, parecen Freddie Mercury o Mr. T del Equipo A.

Mi problema es que en los años noventa compré el grunge

¿Cómo te sentiste respecto a la industria musical cuando llegó la ola de rock abrasivo de los noventa?

¡Me encantó! Por completo. Cada acción tiene su reacción. Nirvana, Smashing Pumpkins… todas esas bandas se rebelaban contra la década limpia. ¡Me encanta Nirvana! Mi problema en los noventa es que me compré el grunge.

Se rebelaban contra una escena de la que tú eras una pequeña parte

Puede que tengas razón. Hay que mirar dónde estaba el mundo en términos políticos. No sé bien de dónde salió Smells Like Teen Spirit, pero lo cambió todo.

¿Qué música escuchabas cuando empezaste a grabar discos

¡Escuchaba de todo! Creciendo, mucha música australiana, David Bowie, Heaven 17, New Order, Tears for Fears, Queen, los Beatles. De todo. Y lo curioso es que hoy nada de eso importa. ¡A todo el mundo le gusta todo! Gracias al móvil hemos descubierto que todos vivimos en el mismo planeta. ¿No es maravilloso?

A todo el mundo le gusta todo. Pero ¿no crees que si a todos les gusta todo, la música se uniformiza?

¿Cuántos años tienes?

47.

¡Quizá te estés haciendo demasiado mayor! Tal vez necesites escuchar más a los jóvenes, porque ahora la voz la tienen ellos. Es muy fácil para los de nuestra edad decir "esto ya no es como cuando éramos jóvenes". Lo que más me gusta de la vida es ir a un concierto de Olivia Rodrigo. Creo que, a través del streaming y el mundo digital, las barreras ya no son tan significativas ni difíciles de superar como cuando yo crecía y mi padre solo escuchaba John Denver, y yo Duran Duran, Queen o la ELO.

Por cierto, conociste a tu pareja y madre de tus hijos haciendo The Rocky Horror Show, ¿no?

Conocí a An en 1989, cuando girábamos con el show. Ella era regidora de escena. Estoy muy agradecido de que este espectáculo nos uniera. Y esa es otra razón por la que sigue siendo una parte muy especial de mi vida.

El concepto de 'ser guay' no existe. Es una gilipollez

Y supongo que es mucho más guay ser Frank-N-Furter que José, hijo de Jacob, con su chaqueta multicolor, ¿no?

Depende de lo que consideres guay. ¿Qué es guay para ti? ¿The Rocky Horror? Estoy de acuerdo, pero si algo he aprendido en mi vida es que “ser guay” no es nada. Lo guay no existe. Es una chorrada. 'Ser guay' es una tontería. Todo depende de lo que tú quieras ser. Quizá a ti no te guste, pero a un montón de chavales sí. El concepto de 'ser guay' es una gilipollez

¿Te gusta el teatro musical? Pues aquí tienes los mejores musicales que puedes ver ahora mismo en Barcelona.

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