

En 1326, la reina Elisenda de Montcada utilizó su herencia para comprar el terreno y construir un convento de la orden de las monjas Clarisas, al que pronto se unió. El resultado es una joya de la arquitectura gótica, una iglesia de nave única de tres pisos, con vitrales y un claustro del siglo XIV. Este monasterio no se abrió al público hasta 1983 y la visita nos acerca a la vida de esta comunidad religiosa femenina recorriendo sus espacios más cotidianos. El Museu-Monestir contiene numerosas obras de arte, objetos litúrgicos y mobiliario.
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